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¿Cuándo encontraré el trabajo donde pueda ser feliz?

Javier Claver Dirección, General, Personas Leave a Comment

No me gustaría ser aguafiestas pero si estás leyendo este artículo por que la pregunta del título te suena familiar, me temo que lo vas a tener difícil. A mi entender, encontrar el trabajo ideal es misión casi casi imposible, e incluso cuando alguien lo encuentra, comprueba que aparte de sus innumerables ventajas y atractivos, también incluye algún componente que lo enturbia aunque sólo sea un poquitín.

Primera recomendación de felicidad laboral: No nos pongamos objetivos demasiado improbables de alcanzar pues nos generarán desánimo. Busquemos felicidad en nuestro trabajo actual, que ese sí que es una realidad (Dios mediante) y dejemos que ese trabajo ideal que todos anhelamos sea un simple sueño, que si alguna vez llega, ya nos encargaremos de celebrar como es debido.

humildad-2Si hablamos de ir más contentos a nuestro trabajo ACTUAL, a bote pronto hemos de descartar planteamientos como el que vayamos a tener una subida salarial de las que te quitan las penas, que nuestro jefe vaya a reconvertirse en el modelo de líder que aúna todos los valores que exige el puesto, que nuestros compañeros estén definitivamente a la altura de uno, que el horario tenga la flexibilidad que requieren nuestros imprevisibles planes de ocio y familiares o que el centro de trabajo esté allá donde nos venga que ni pintado.

Segunda recomendación de felicidad laboral: Centremos los esfuerzos en cambiar aquellas cosas que están en MI mano. Y para nuestra sorpresa, grata por otra parte, nos daremos cuenta que son muchas cosas. Que tal por ejemplo ir con una actitud positiva, si, aquel clásico de ver la botella medio llena o medio vacía sigue siendo un factor determinante en el clima laboral. Yo he tenido la suerte de trabajar durante más de 15 años en dos empresas con buenos crecimientos y resultados, pero cuantos cafés y sobremesas me habré tomado escuchando lo “torpes” que éramos, lo mal que lo hacíamos y lo bien que lo hacía la competencia ¿Porque ese afán masoquista?.

Tampoco está de más el abandonar la búsqueda del ejemplo comparativo que “demuestra” la gran injusticia de nuestra falta de reconocimiento (salarial y funcional). Mi experiencia me dice que siempre vas a encontrar a alguien con quien compararte y que, o bien a igualdad de capacidades gana más que tú, o bien que con unas carencias latentes tiene tú mismo sueldo. Y lo normal es que nos agarremos a esa comparativa para el resto de nuestra carrera, martirizándonos nosotros y martirizando a nuestros jefes con la cantinela. Bien, seguramente es cierta esa situación, pero haciendo el mismo ejercicio ¿de verdad crees que no encontrarías a alguien que a igualdad de capacidades gana menos que tu o que demuestra unas capacidades que has de reconocer deberían ser mejor recompensadas que lo que hacen contigo?. Yo creo que es importante no interiorizar en exceso las “injusticias” laborales, pues devienen de entornos donde influyen cuestiones como la visión objetiva y/o subjetiva de los jefes, pero también de cuestiones como tener la suerte de estar en el momento justo en el sitio adecuado (y eso se nos escapa de nuestro control casi siempre). SI miramos con una perspectiva a medio plazo, veremos que lo normal es no ser tan “maltratados” por la diosa fortuna.

Two businessmen on uneven stacks of money

Otra arma con la que conseguir la ansiada felicidad laboral es tomar la iniciativa y dar nosotros el primer paso en temas poco agradecidos pero que sabemos hacer. ¿Por qué tenemos que ser siempre los más listos a la hora de salvarnos de los “marrones”? Si damos ejemplo y, por ejemplo, redactamos el acta de la reunión que hemos celebrado, conseguiremos por un lado ganarnos la confianza de nuestros compañeros y nos dará autoridad para defender la necesidad de levantar actas de las reuniones en el futuro. O ¿Qué tal reconocer un error de vez en cuando? ¿Pensamos de verdad que buscar argumentos que justifiquen un mal resultado por encima de nuestra actuación, nos genera un mayor respeto y confianza de los que están cada día codo a codo con nosotros?.

No me quiero eternizar con demasiadas recomendaciones, hasta hace poco siempre decía que la clave para ir contento a trabajar era demostrar inteligencia y aplicar el sentido común, que ni mucho menos es el más común de los sentidos, intentando ser positivos, más agradecidos que envidiosos y con unas buenas dosis de humildad. Más que nada porque actuando así estamos mucho más a gusto y nos es más fácil sacar lo mejor de nosotros.  No obstante ahora he incorporado una nueva herramienta, muy simple y barata: Vayamos con una sonrisa que siempre se refleja en la cara de los demás.

Gracias y felices jornadas laborales

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